El cuerpo de José Antonio Primo de Rivera, fundador del movimiento fascista español Falange, fue exhumado de un mausoleo en Madrid el lunes y trasladado a un cementerio de la ciudad.
El líder político fascista fue ejecutado por republicanos españoles en noviembre de 1936, después de que el general Francisco Franco liderara una sublevación de soldados en julio de ese mismo año para derrocar al gobierno democráticamente elegido de España. La subsiguiente guerra civil terminó en 1939 con cientos de miles de muertos y el país en ruinas.
La muerte de Primo de Rivera fue explotada por Franco.
Fue exhumado de acuerdo con una legislación actualizada que prohíbe la glorificación de la dictadura y el legado fascista de España. Su cuerpo yació durante seis décadas en un enorme complejo conocido como el Valle de los Caídos, que fue construido con trabajo forzado de presos para conmemorar la victoria fascista en la guerra civil.
El líder de la Falange fue exhumado en una ceremonia privada en presencia de su familia, lejos de la mirada pública. Su ataúd fue llevado en un coche fúnebre al cementerio de San Isidro de Madrid, donde un pequeño grupo de simpatizantes rompió el cordón policial para hacer saludos fascistas y cantar el himno de la Falange.
Después de que Franco ganó la guerra, gobernó el país con mano de hierro hasta su muerte en 1975. Él mismo fue enterrado en el Valle de los Caídos hasta 2019, cuando sus restos fueron llevados en helicóptero a un cementerio cercano.
El Valle de los Caídos, rebautizado recientemente con su nombre preguerra, Cuelgamuros, es también el lugar de enterramiento de 34.000 personas muertas durante la guerra civil. Muchas fueron enterradas inicialmente en fosas comunes que fueron excavadas a petición de Franco. Los cuerpos fueron trasladados al Valle de los Caídos para llenar el sitio con víctimas de ambos lados.
El año pasado, España aprobó una nueva ley sobre la memoria histórica que anula las decisiones legales tomadas durante la dictadura. Hace que el gobierno central sea responsable de la recuperación de los cuerpos aún desaparecidos de decenas de miles de personas desaparecidas por la fuerza por el régimen.
La ministra de Hacienda y Función Pública de España, María Jesús Montero, dijo en vísperas de la exhumación que era importante lograr "justicia" para las víctimas del fascismo en España. "Es muy importante que se estén dando pasos definitivos para cumplir con una ley que quiere dar reparaciones y memoria a las víctimas del golpe de Estado", dijo.
Un portavoz del Partido Popular de centro-derecha acusó al gobierno de utilizar a Primo de Rivera para "distraer" a los españoles de sus problemas. Borja Sémper simplemente se refirió al líder del movimiento fascista como "un hombre que fue asesinado hace 80 años".
El gobierno quiere convertir el sitio del mausoleo en Cuelgamuros en un lugar de reflexión y que loscuerpos llevados allí sin consentimiento sean devueltos a las familias afectadas. La exhumación de Primo de Rivera es una de las medidas que se están llevando a cabo para cumplir con la ley de memoria histórica.
El traslado del cuerpo del fundador del movimiento fascista español ha sido muy polémico, ya que ha sido apoyado por unos y criticado por otros. Para algunos, representa una reparación simbólica a las víctimas del franquismo y un paso hacia la reconciliación nacional, mientras que para otros, es una afrenta a la memoria de Primo de Rivera y un intento de reescribir la historia.
La exhumación de Primo de Rivera es solo una de las muchas medidas que se están llevando a cabo en España para hacer frente a su pasado fascista y franquista. Desde la aprobación de la ley de memoria histórica el año pasado, el gobierno ha estado trabajando para identificar a las víctimas de la guerra civil y del régimen franquista, y para asegurar que sus cuerpos sean tratados con dignidad y respeto.
El gobierno también ha ordenado la eliminación de los símbolos fascistas y franquistas de los edificios públicos y ha prometido investigar y sancionar los crímenes cometidos por el régimen franquista. Estas medidas han sido aplaudidas por muchos, pero también han sido criticadas por otros que creen que están destinadas a dividir a la sociedad española y a reabrir viejas heridas.
A pesar de las críticas, el gobierno ha dicho que está comprometido con la reconciliación y la justicia para todas las víctimas del régimen franquista. El traslado del cuerpo de Primo de Rivera es un paso más en ese proceso, pero todavía hay mucho por hacer para garantizar que el pasado fascista y franquista de España nunca se olvide y nunca se repita.