Washington ha acordado desplegar periódicamente submarinos nucleares estadounidenses en Corea del Sur e involucrar a Seúl en sus operaciones de planificación nuclear.
A cambio, Corea del Sur ha acordado no desarrollar sus propias armas nucleares.
La Declaración de Washington fortalecerá la cooperación de los aliados para disuadir un ataque de Corea del Norte, dijo el presidente de EE.UU., Joe Biden.
La preocupación ha ido en aumento en ambos lados acerca de la amenaza nuclear que representa Corea del Norte. Pyongyang está desarrollando armas nucleares tácticas que pueden apuntar a Corea del Sur y perfeccionando sus armas de largo alcance que pueden alcanzar el territorio estadounidense.
EE.UU. ya tiene la obligación de tratado de defender a Corea del Sur y ha prometido usar armas nucleares si es necesario. Pero algunos en Corea del Sur han comenzado a dudar de ese compromiso y piden al país que persiga su propio programa nuclear.
El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, quien se encontraba en la Casa Blanca para una visita oficial, dijo que la Declaración de Washington marcó un compromiso "sin precedentes" por parte de EE.UU. para mejorar la defensa, disuadir ataques y proteger a los aliados estadounidenses mediante el uso de armas nucleares.
China, claramente insatisfecha con la postura de EE.UU., advirtió contra "alborotar deliberadamente las tensiones, provocar confrontaciones y exagerar las amenazas".
El nuevo acuerdo es el resultado de negociaciones que tuvieron lugar durante varios meses, según un alto funcionario de la administración.
¿Por qué los surcoreanos quieren la bomba nuclear?
En virtud del nuevo acuerdo, EE.UU. hará más visibles sus compromisos de defensa al enviar un submarino nuclear a Corea del Sur por primera vez en 40 años, junto con otros activos estratégicos, incluidos bombarderos capaces de transportar armas nucleares.
Ambas partes también desarrollarán un Grupo Consultivo Nuclear para discutir cuestiones de planificación nuclear.
Los políticos en Seúl han estado presionando durante mucho tiempo a Washington para que los involucre más en la planificación de cómo y cuándo usar armas nucleares contra Corea del Norte.
A medida que el arsenal nuclear de Corea del Norte ha crecido en tamaño y sofisticación, los surcoreanos se han vuelto cautelosos de ser mantenidos en la oscuridad sobre lo que desencadenaría al presidente Biden a presionar el botón nuclear en su nombre.
El temor de que Washington pudiera abandonar a Seúl ha llevado a llamados para que Corea del Sur desarrolle sus propias armas nucleares.
Pero en enero, el presidente Yoon alarmó a los responsables políticos en Washington cuando se convirtió en el primer presidente surcoreano en volver a poner esta idea sobre la mesa en décadas.
De repente, quedó claro para EE.UU. que las palabras y gestos tranquilizadores ya no funcionarían y que, si quería disuadir a Corea del Sur de querer construir sus propias bombas, tendría que ofrecer algo concreto.