El enviado climático ruso, Anatoly Chubais, renunció y abandonó el país, citando su oposición a la guerra del presidente Vladimir Putin en Ucrania, según dos personas familiarizadas con la situación, convirtiéndose en el funcionario de más alto nivel en romper con el Kremlin por la invasión.
Chubais, de 66 años, es uno de los pocos reformadores económicos de la década de 1990 que permaneció en el gobierno de Putin y mantuvo estrechos vínculos con funcionarios occidentales.
El Kremlin aún tiene que comentar sobre la deserción.