El profesor de la Universidad de Rutgers que inventó la primera prueba de saliva para COVID-19 murió inesperadamente según la universidad.
Andrew Brooks, falleció el 23 de enero de 2021. La universidad no dio más detalles sobre la causa de la muerte, pero su muerte fue inesperada.
Brooks, que inventó la prueba de saliva, recibió la aprobación de emergencia en abril para su uso. Más de 4 millones de personas han utilizado la prueba que creó, según Rutgers.