Rusia saqueó 5 millones de dólares en rastreadores de Ucrania y los entregó a los agricultores en Rusia. Sin embargo, ninguno de los rastreadores y equipos agrícolas funcionó porque John Deere había desactivado de forma remota los elementos robados.
Los tracktros fueron robados de un distribuidor en Melitopol, y cada tractor costaba 300.000 cada uno.