El nuevo gobierno de Perú ha declarado un estado de emergencia nacional de 30 días para sofocar las manifestaciones violentas que han sacudido al país tras el derrocamiento y arresto del presidente Pedro Castillo hace una semana.
La medida anunciada el miércoles suspende el derecho a reunirse y moverse libremente en todo el país, y llega justo antes de las vacaciones de Navidad, cuando la gente suele viajar mucho para visitar a la familia.
La declaración también faculta a la policía a registrar las casas de las personas sin permiso u orden judicial. También se podría imponer un toque de queda nocturno.