Esta es una historia sobre una mujer que se llama…su nombre no es importante y prefiere que no lo compartamos. Así que la llamaremos Raquel.
Raquel es muy trabajadora, trabaja en Santo Domingo ganando 15.000 pesos mensuales. Un salario decente para la mayoría de los jóvenes de 20 años en la capital de la República Dominicana.
Raquel el 24 de enero comenzó a sentir los síntomas de un resfriado, que progresivamente empeoró y hoy el 29 está en estado de pánico completo. Su sabor ha desaparecido, tiene tos fuerte, dificultad para respirar y no puede hacerse una prueba de COVID en ninguna parte. Ella fue al hospital del 28 y se negaron a verla y dijeron que ni siquiera hacen la prueba allí, fue al hospital de los Girasoles donde fue recibida con la misma respuesta.
Trató de hacerse una prueba de COVID de los laboratorios AMADITA y RIVAS y ni siquiera la dejaron hacerse la prueba porque necesita una derivación de un médico. Algo difícil de conseguir si los hospitales no quieren verte. Le dieron a entender que si pagaba más podría hacerse la prueba, sin embargo, con solo tener suficiente dinero para realizar la prueba esta tampoco era una opción para ella.
Raquel vive con varias personas, su hermana dio a luz ayer. Raquel está preocupada por su salud y la de su familia pero se siente abandonada por un sistema que está se siente que esta hecha para trabajar en su contra.
Finalmente pudo obtener un préstamo de un prestamista y pudo encontrar un médico, que quiere 2000 pesos por adelantado para darle la remisión para la prueba COVID-19.
Buena suerte Raquel esperamos que vuelvas negativo y si no te recuperas pronto!