El presidente de Perú, Pedro Castillo, anunció el miércoles la renuncia de su primer ministro después de solo dos meses en el cargo, una medida que provocó la renuncia de todo su gabinete.
"Hoy informo al país que hemos aceptado la renuncia del primer ministro Guido Bellido Ugarte, a quien agradecemos los servicios prestados", dijo Castillo en un sorpresivo mensaje difundido por la televisión estatal.
Según la ley peruana, la renuncia del primer ministro provoca automáticamente la de todo el gabinete.
Castillo no dio razones para la medida, pero dijo que un nuevo primer ministro y un nuevo gabinete, que podrían ser los mismos que el anterior, se anunciarán más tarde en la noche.
La carta de renuncia de Bellido decía que lo hacía a pedido de Castillo.
El mandatario, quien fuera maestro de escuela rural, llamó a la "unidad" de los sectores económicos, políticos y sociales del Perú para "lograr objetivos comunes" como la reactivación de la economía.
El nombramiento de Castillo del ingeniero electrónico Bellido, un novato político, en julio, fue controvertido desde el principio.
Los medios peruanos afirman que Bellido, de 41 años, fue investigado por los fiscales por una supuesta "apología del terrorismo" por declaraciones hechas poco después de asumir su escaño en el parlamento en junio.
En declaraciones al medio digital Inka Vision, apareció para defender a personas que apoyaron a la guerrilla maoísta Sendero Luminoso que luchó contra el Estado de 1980 a 2000 y es catalogada como organización terrorista por Lima.
En agosto, el izquierdista Castillo parecía haber evitado una crisis política cuando el Congreso dominado por la derecha aprobó su gabinete luego de un amargo debate.
Hasta entonces, el Perú se encontraba en un estado de incertidumbre política desde principios de año, cuando se inició la campaña electoral.
Perú ha sufrido años de agitación política y una serie de escándalos de corrupción vio a tres presidentes diferentes en el cargo en una sola semana en noviembre pasado.
Siete de los 10 líderes anteriores del país han sido condenados o están bajo investigación por corrupción.
Y la victoria de Castillo sobre la populista de derecha Keiko Fujimori en la segunda vuelta presidencial de junio tardó seis semanas en confirmarse después de retrasos en la validación de los resultados.