En una trágica y desgarradora historia que sigue resonando en las costas del Mediterráneo, se informa que al menos 41 personas han perdido la vida después de que un barco que transportaba migrantes naufragara en aguas agitadas cerca de Túnez. La Cruz Roja Italiana y grupos de rescate han confirmado esta terrible noticia, citando a cuatro supervivientes que fueron rescatados y llevados a tierra el miércoles.
Los sobrevivientes relataron que habían partido de Sfax, Túnez, en un bote de metal con un total de 45 personas el 3 de agosto. Aproximadamente seis horas después de su partida, una enorme ola volteó la embarcación, según informó la televisión estatal RAI.
La Cruz Roja emitió un comunicado en el que indicaba que los cuatro supervivientes lograron sobrevivir utilizando flotadores internos y lograron trepar a otra embarcación vacía cercana. Esto es evidencia de la gran cantidad de barcos que parten de Sfax y de las aguas agitadas que han afectado la zona en los últimos días, causando otros naufragios también.
Fotos difundidas por el grupo humanitario de rescate Sea-Watch, tomadas por su avión de monitoreo, muestran a los cuatro sobrevivientes pidiendo ayuda desde el bote y dirigiéndose hacia un petrolero comercial, el Rimona, de bandera maltesa. Los migrantes rescatados por el Rimona fueron luego transferidos a una embarcación de la guardia costera italiana, que los llevó a la isla siciliana de Lampedusa el miércoles, según informó Paul Wagner de Sea-Watch.
La agencia de fronteras de la Unión Europea, Frontex, informó que habían avistado un barco a la deriva en la región de búsqueda y rescate libia y "habían informado a todos los centros nacionales de coordinación de rescate en la región", así como a una llamada de emergencia, dada la situación. Sea-Watch se dirigió al lugar, avistó la embarcación e informó al barco mercante más cercano, que resultó ser el Rimona, según afirmó Wagner.
Según la ubicación GPS compartida por Sea-Watch, los sobrevivientes fueron avistados dentro de la zona de búsqueda y rescate libia, a unos 66 kilómetros de Túnez y a unos 200 kilómetros de Lampedusa.
La Organización Internacional para las Migraciones señaló que el naufragio eleva a más de 1,800 el número de personas muertas y desaparecidas en el Mediterráneo central, la ruta migratoria más activa y peligrosa del mundo.
La Cruz Roja informó que las condiciones de los cuatro sobrevivientes, que están siendo atendidos en Lampedusa, son buenas y que serán trasladados al continente italiano pronto. El grupo indicó que tres de los cuatro afirman ser menores de edad, mientras que el cuarto es un hombre adulto, todos originarios de Costa de Marfil y Guinea. Sin embargo, las agencias de la ONU informaron que solo uno de ellos es menor de edad.
El doctor Adrian Chiaramonte, quien atendió a los cuatro en Lampedusa, mencionó que tenían "pequeñas heridas" y sufrían de deshidratación, pero "nada grave". Chiaramonte afirmó a RaiNews24 que los sobrevivientes relataron que otro barco los avistó y siguió su camino. Una hora después, vieron un helicóptero y luego llegó el petrolero que los rescató. Los sobrevivientes también informaron que alrededor de 15 personas tenían dispositivos flotadores rudimentarios. Hasta el momento, no se han recuperado cuerpos.
El fin de semana de aguas agitadas resultó en una serie de naufragios y dramáticos intentos de rescate para salvar a los sobrevivientes. Las autoridades italianas rescataron a docenas de migrantes del mar y de arrecifes rocosos frente a Lampedusa, pero al menos 30 personas fueron reportadas como desaparecidas por sobrevivientes de embarcaciones naufragadas. Ocho cuerpos llegaron a la orilla en Sfax.
Las costas sin ley de Libia solían ser el punto de partida principal para las operaciones de contrabando de migrantes. Pero en los últimos meses, la costa este de Túnez, especialmente la ciudad portuaria de Sfax, se ha convertido en el principal punto de partida para los migrantes, en su mayoría de África subsahariana, que intentan llegar a Italia y otras partes de Europa en pequeñas embarcaciones.
Las recientes salidas pueden haber sido impulsadas por el hecho de que las autoridades tunecinas están intensificando la represión contra los migrantes de raza negra. El presidente de Túnez, Kais Saied, ha difundido comentarios infundados de que los migrantes subsaharianos forman parte de un complot para alterar la identidad y la demografía del país, lo que ha generado tensiones entre la población local y los extranjeros de raza negra.
Desde principios de julio, se informa que cientos de migrantes subsaharianos han sido detenidos en ciudades costeras y abandonados en áreas fronterizas desérticas con Libia o Argelia, países que tienen sus propios historiales de graves violaciones de derechos humanos, abusos contra migrantes y deportaciones colectivas.
Las autoridades tunecinas estiman que alrededor de 17,000 personas subsaharianas se concentran actualmente en el área de Sfax.
Según el Ministerio del Interior, más de 93,000 migrantes han llegado a Italia en lo que va del año, más del doble de los 45,000 que llegaron durante el mismo período en 2022. Las principales nacionalidades de los que llegan son de Guinea, Costa de Marfil, Egipto y Túnez.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, cuyo gobierno de derecha incluye al partido antiinmigrante Liga, ha instado a la Unión Europea a unirse a los esfuerzos para presionar a Túnez a que tome medidas enérgicas contra las operaciones de contrabando, pero los barcos continúan partiendo.
El miércoles, se hicieron llamados para que Europa desarrolle vías seguras y legales de migración para prevenir futuras tragedias, repitiendo una lamentable canción que sigue después de los frecuentes incidentes de muertes en el Mediterráneo de migrantes desesperados en busca de una vida mejor y más segura en Europa.
En un comunicado, la agencia de refugiados de las Naciones Unidas, la agencia infantil y la OIM (Organización Internacional para las Migraciones) declararon que el barco de casco de acero era particularmente inadecuado para un viaje de este tipo, especialmente dadas las "condiciones climáticas y marítimas prohibitivas".
"Esto resalta la absoluta falta de escrúpulos de los traficantes que de esta manera exponen a migrantes y refugiados a riesgos extremadamente altos de morir en el mar", dijeron las agencias.
La tragedia reciente en el Mediterráneo pone de manifiesto una vez más la urgente necesidad de abordar el tema de la migración en el mundo de manera comprensiva y humanitaria. La pérdida de vidas en el mar es un recordatorio sombrío de los peligros que enfrentan aquellos que buscan una vida mejor lejos de sus lugares de origen. Si bien los esfuerzos para controlar las operaciones de contrabando son esenciales, también lo son las medidas para proporcionar vías seguras y legales de migración que eviten estas tragedias.
La situación en Túnez, con su aumento en las salidas de migrantes, y las medidas represivas contra los migrantes de raza negra, resalta la importancia de abordar no solo los desafíos de la migración en el mar, sino también las causas subyacentes que impulsan a las personas a abandonar sus hogares en busca de una vida mejor. La cooperación internacional, el respeto por los derechos humanos y el enfoque en soluciones humanitarias son esenciales para abordar este problema en su totalidad.
A medida que Europa enfrenta esta dolorosa realidad una vez más, se espera que los líderes y las organizaciones internacionales se unan en un esfuerzo conjunto para abordar los desafíos de la migración de manera holística y compasiva, garantizando que las vidas no se pierdan innecesariamente en las aguas del Mediterráneo en busca de esperanza y oportunidades.
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