Recientemente tuve la oportunidad de hospedarme en el Marien Resort en Puerto Plata desde el 3 hasta el 7 de noviembre, y lamentablemente, mi experiencia dejó mucho que desear. Desde el momento en que hicimos el check-in, nos advirtieron sobre la situación de sobreventa, lo cual quedó evidenciado en las abrumadoras multitudes que parecían impregnar cada rincón del resort.
La piscina, un oasis supuestamente relajante, más parecía un espacio público abarrotado con apenas suficiente espacio para moverse. La hora del almuerzo en el buffet fue una pesadilla; la falta de platos y incluso de comida hizo imposible que disfrutáramos de una comida adecuada. Fue descorazonador presenciar el caos mientras los huéspedes se apresuraban por los recursos limitados.
Quizás el aspecto más desconcertante de nuestra estancia fue la falta de respeto flagrante por la decencia básica. Observamos a personas aliviándose en la playa y en diversos rincones alrededor del resort, contribuyendo a un ambiente insalubre e incómodo. La algarabía y la grosería de algunos huéspedes solo agravaron la sensación general de malestar.
Al expresar nuestras preocupaciones a la gerencia del hotel, nos encontramos con una respuesta tanto impactante como decepcionante. La gerente, después de preguntar sobre nuestra nacionalidad, procedió a hacer generalizaciones sobre el nivel educativo de los dominicanos. Tales comentarios no solo demostraron una falta de profesionalismo, sino que también suscitaron preguntas sobre la capacidad de la gerencia para manejar las opiniones de los clientes.
La excusa proporcionada para la sobreventa de habitaciones —que no podían preguntar sobre el nivel educativo de los huéspedes durante el proceso de reserva— pareció un intento débil de desviar la culpa de la mala gestión del hotel. Estaba claro que la incapacidad del resort para manejar adecuadamente la situación de sobreventa tuvo un efecto cascada en la calidad general de nuestra estancia.
En conclusión, aunque el Marien Resort cuenta con una hermosa ubicación en Puerto Plata, el problema de sobreventa afectó significativamente nuestra experiencia. La falta de organización, junto con la respuesta desdeñosa de la gerencia a nuestras quejas, nos dejó profundamente insatisfechos. Para aquellos que estén considerando una estadía en el Marien Resort, aconsejaría precaución, especialmente durante las temporadas pico, cuando la sobreventa parece ser un problema recurrente.
Calificación: ★★☆☆☆