Las personas con obesidad grave y una variante genética específica corren un mayor riesgo de desarrollar hipertensión, según revela un estudio realizado por la prestigiosa institución médica Mayo Clinic. Este hallazgo es de suma importancia, ya que la obesidad y sus problemas cardiometabólicos asociados representan una preocupación de salud significativa a nivel mundial.
La obesidad conlleva un aumento en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, como accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca congestiva e infarto de miocardio. Sin embargo, la obesidad es una enfermedad multifactorial, resultado de una desregulación del equilibrio energético, y en muchos casos puede ser un factor de riesgo modificable para las enfermedades cardiovasculares.
La Dra. Lizeth Cifuentes, investigadora de gastroenterología en Mayo Clinic, explica que el peso corporal está influenciado por una amplia variedad de interacciones complejas entre la genética y los factores ambientales. Aproximadamente, entre el 40% y el 70% de la obesidad tiene un componente hereditario, pero solo alrededor del 10% de los casos de obesidad grave de inicio temprano son causados por variantes genéticas.
Estas variantes genéticas se deben principalmente a mutaciones recesivas en los genes de la vía leptina-melanocortina, una ruta fundamental en la regulación del consumo de alimentos y el peso corporal. Se ha observado que estas variantes genéticas son más prevalentes en aproximadamente el 6% de los niños y el 2.5% de los adultos con obesidad grave de inicio temprano.
Con el objetivo de estudiar las diferencias en los factores de enfermedades cardiovasculares y enfermedades en pacientes con antecedentes de obesidad grave, con o sin variantes genéticas en la vía leptina-melanocortina, la Dra. Cifuentes y su equipo del Programa de Medicina de Precisión para la Obesidad de Mayo Clinic llevaron a cabo un estudio transversal. Participaron pacientes del Biobanco de Mayo Clinic, quienes tenían antecedentes de obesidad grave (definida como un índice de masa corporal de 40 o superior) o habían sido sometidos a cirugía bariátrica. A estos pacientes se les realizó un genotipo de las variantes en la vía leptina-melanocortina hipotalámica.
El estudio identificó un total de 168 portadores de la variante genética MC4R, y el equipo de investigación de Mayo Clinic determinó que estos portadores tenían un mayor riesgo de desarrollar hipertensión y presentaban más factores de riesgo en comparación con los 2039 no portadores. El ajuste por edad, sexo e índice de masa corporal, factores que podrían influir en el riesgo cardiovascular, no afectó los hallazgos que demostraron una mayor prevalencia de hipertensión en los portadores, según explica el Dr. Andres Acosta, investigador principal en el laboratorio de Medicina de Precisión para la Obesidad.
Sin embargo, los portadores de la variante MC4R no presentaron un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular o muerte, según se informa en un artículo publicado en Mayo Clinic Proceedings. Esto sorprendió a los investigadores, ya que se esperaba una mayor prevalencia de hipertensión debido a que el aumento excesivo de peso predice el desarrollo de esta enfermedad. La Dra. Cifuentes indica que es posible que haya otros factores no medidos en los análisis que podrían explicar esta falta de relación coherente con la enfermedad cardiovascular, debido a la complejidad de las vías causales.
La importancia de este estudio radica en que los médicos deben ser conscientes de que los pacientes con obesidad que han sido genotipados y poseen variantes heterocigóticas en la vía leptina-melanocortina pueden no estar protegidos contra la hipertensión, como se creía anteriormente. Por lo tanto, es posible que estos pacientes requieran una atención más intensiva en cuanto a los factores de riesgo modificables de la hipertensión, así como tratamientos individualizados efectivos para la obesidad, según enfatiza la Dra. Cifuentes.
Es importante destacar que las personas con estas variantes genéticas pueden haber experimentado obesidad desde la infancia, aunque en el estudio realizado por Mayo Clinic no se documentó la duración de la obesidad en la cohorte estudiada. Por lo tanto, se requieren más investigaciones para determinar el riesgo a largo plazo de desarrollar obesidad y enfermedad cardiovascular en personas con variantes genéticas.
Entre las limitaciones del estudio, se encuentra el hecho de que el 90% de los participantes en la cohorte del Biobanco de Mayo Clinic se autoidentificaron como de piel blanca, lo que podría limitar la generalización de los resultados a otras poblaciones. Esto resalta la necesidad de realizar más investigaciones en diferentes grupos étnicos y raciales para obtener una comprensión más completa de la relación entre las variantes genéticas, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.