Es viernes 10 de junio, mi esposo quería sorprenderme con un viaje a Punta Cana, sus dos hermanas y una sobrina venían volando desde Carolina del Norte, pero su vuelo fue cancelado arruinando la sorpresa y cambiando el viaje para una fecha futura.
Así que en lugar de ir a Punta Cana, que mi esposo detesta, decidimos ir a Cabarete, él quería probar el windsurf, falló y no diré más para que su ego no se lastime más. .
Cuando llegamos a Cabarete, el AirBNB que alquilamos no se parecía en nada a lo que mostraban las imágenes, por lo que terminamos en uno realmente agradable llamado Residencial Solunna en Sosúa.
Llegamos a Sosúa alrededor de las 10:30 de la noche, y después de registrarnos en el AirBNB, el anfitrión nos recomendó que visitáramos Bailees, un restaurante cerca del Batey en Sosua.
Ahora he oído que Sosúa es un centro de prostitución y he oído historias y tiendas al respecto, pero siempre pensé que era una exageración del hecho.
La historia que me han contado de mujeres recorriendo las calles y ofreciéndome favores sexuales por tan solo 500 pesos me parecían exageraciones o el guión de una película.
Pero luego lo presencié, vi prostitutas y policías mezclados con estadounidenses y europeos caminando entre ellos, recogiendo chicas como si fueran mercadería en una tienda.
En algunos casos, verías chicas huyendo de la policía o escondiéndose dentro de establecimientos, y en algunos casos, verías a Politur y las prostitutas hombro con hombro en la aglomeración de personas.
Mientras conducíamos por una calle con las ventanas del vehículo bajadas cerca del hotel Tierra Linda, una chica le gritó a mi esposo que por 500 pesos le daría sexo oral, pero se alejó rápidamente cuando vio que yo estaba en el asiento del pasajero.
Luego llegamos a Baile y nos sentamos en el bar, y solo vimos cómo una mujer joven deambulaba por las calles fuera del restaurante.
Vi a una joven de unos 19 años discutiendo con lo que creo que era un afroamericano en inglés. Mi esposo, que habla inglés con fluidez, me dijo que ella le dijo 5000 pesos y él solo le dio 500 por sexo. El hombre simplemente empujó a la joven y se subió a un vehículo de cuatro ruedas y se fue. La chica solo lo maldijo y también se fue. Y tambien vimos la policia llevar otras chicas, pero no sabemos el razon.
Había una chica con la que hablé en múltiples ocasiones en diferentes días. No obtuve su nombre pero la llamamos Chiquita porque era una joven bajita. Ella había recomendado que visitáramos el Casino a medianoche, para ver qué pasaba realmente.
Fuimos al Casino por playa chiquita, y efectivamente vimos a Chiquita allí discutiendo con un guardia de seguridad. Se había dejado la cédula o no la tenía y no la dejaban entrar. Así que la hizo pararse en una entrada lateral o trasera.
Dentro del casino, parecía un basurero, lúgubre lleno de prostitutas sentadas, y en el club de 200 pesos para entrar había aún más prostitutas y turistas.
Hablé con otra chica en el baño del casino y me dijo que gasta de 500 a 600 pesos por día en una habitación, y gana entre 3000 y 10,000 pesos por noche con múltiples encuentros, pero hay noches en las que no incluso hacer 1 peso.
Dijo que la policía molesta a las mujeres a veces, pero la mayoría de las veces solo tiene que darles unos pesos y las dejan en paz.
Mientras estaba allí, aunque estaba con mi marido, los hombres asumían que yo era una de las prostitutas, mientras que con mi marido me hacían señas para que me levantara de la mesa y me acercara a la de ellos, o me tiraban besos y me guiñaban el ojo, y las mujeres eran sin vergüenza también de mirar a mi esposo y decirle algo conmigo de pie junto a él.
En más de una ocasión cuando salía del baño una chica me preguntaba si era la primera vez que trabajaba en Sosua.
Algunas de las chicas con quien hable, dicen que no son prostitutas, que son escorts, o chapiadoras y que le están pagando por la compañía y no el sexo aunque ellas saben que el cliente quiere sexo. Sin embargo, muchas de esas chicas tienen en su mirada una gran tristeza oculta por lo cual llama la atención de algunas personas que les gustaría darles una mano amiga.
Los turistas las miran como carne, y fácil, cosa que a muchas de ellas las avergúenza pero es la realidad que muchas viven y sumergidas en las drogas como me conto una, pero estábamos conversando con una chica mientras tomamos un trago y ella nos dijo que nunca se acostaría con un hombre por dinero al parecer tenia vergúenza sobre decir la cruda verdad.