El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha anunciado que las celebraciones navideñas comenzarán el 1 de octubre este año, adelantando la festividad por decreto. En un discurso transmitido por televisión nacional, Maduro declaró: "Es septiembre y ya huele a Navidad. Como un agradecimiento al pueblo luchador, adelantaré la Navidad al 1 de octubre".
No es la primera vez que Maduro toma una decisión de este tipo. Tanto en 2020 como en 2021, durante la pandemia del coronavirus, trasladó la temporada festiva a octubre, utilizando las decoraciones y eventos navideños como un gesto simbólico en medio de las luchas continuas del país. Siguiendo la tradición, el gobierno socialista distribuye paquetes de alimentos, incluyendo perniles, a las comunidades más pobres durante la temporada navideña.
Sin embargo, los críticos ven esta medida como un intento de distraer la atención de las profundas crisis políticas y económicas de Venezuela. Tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, las acusaciones de fraude empañaron los resultados. Mientras que la autoridad electoral del gobierno declaró a Maduro como ganador, la oposición reclamó la victoria para su candidato, Edmundo González Urrutia. Varios países, incluyendo a los EE. UU., así como organismos internacionales como la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos, han expresado dudas sobre la legitimidad de las elecciones.
Las tensiones han escalado, con protestas que estallan tanto en Venezuela como a nivel internacional. Los grupos de oposición acusan al gobierno de Maduro de manipular los resultados electorales. Para añadir más controversia, un tribunal venezolano emitió una orden de arresto contra González Urrutia, el candidato de la oposición, tras una solicitud del fiscal general, afín al gobierno.
Mientras Venezuela enfrenta una incertidumbre política, el anuncio de Maduro sobre la Navidad anticipada es visto por muchos como un esfuerzo por desviar la atención de los desafíos actuales del país.